Aunque Sam comenzó su carrera jurídica en derecho corporativo en Baker McKenzie, uno de los bufetes internacionales más prestigiosos, actualmente se centra en ayudar a los clientes en el complejo espacio de la inmigración. Sam entiende los temores y las incertidumbres que vienen con el proceso de inmigración y como tal dirige su práctica con empatía y comprensión, todo con el objetivo de garantizar un proceso indoloro y sin problemas para sus clientes.
En FARAGALLA LAW entendemos que la inmigración es un proceso volátil y complejo. El apoyo de un abogado de inmigración competente que es un apasionado de ayudar a los necesitados es muy valiosa. La contratación de un abogado de inmigración para abogar en su nombre significa nunca tener que pasar por el proceso solo, lo que incluye asistir a las entrevistas necesarias para el apoyo y para garantizar todos sus derechos bajo la ley.
Además, es fundamental que la información solicitada por el USCIS durante el proceso de solicitud sea exacta y la contratación de un abogado de inmigración asegura que su solicitud será manejada profesionalmente evitando retrasos o incluso denegaciones debido a información inexacta en la solicitud.
La asistencia de un abogado de inmigración se extiende más allá del proceso de solicitud en sí; este apoyo es particularmente importante más allá del proceso de solicitud donde la interpretación de las leyes pertinentes a los asilados es crucial y tener un abogado de inmigración significa no malinterpretar estas leyes y poner en riesgo su estatus.